¿Tiene mi hijo un problema de salud mental?
Hoy contamos con los conocimientos combinados de dos expertos: The Doc habló con Frank Köhnlein, autor y psiquiatra infantil y adolescente de Basilea, sobre el comportamiento de niños y adolescentes en particular, y sobre cuándo deben empezar a preocuparse los padres. Los resultados más importantes.
Punto nº 1: Si los niños y adolescentes se encierran en su habitación, se esconden y se encierran en sí mismos, todavía no se trata de un comportamiento alarmante. El factor decisivo es si todavía existe una conexión con el mundo exterior, si hay otro mundo para el niño. Sólo si el comportamiento descrito no cambia en un periodo de dos semanas se convierte en preocupante.
Sin embargo, Frank Köhnlein subraya que los cambios de humor en los adolescentes son completamente normales. Por tanto, es importante prestar atención al factor tiempo, por un lado, pero también a los posibles motivos, por otro: Hay que preguntarse por qué el niño tiene ese comportamiento, y también preguntárselo a él. Puede que haya ocurrido algo que explique su comportamiento.
Si, como padre, no sabe por qué su hijo se aleja del mundo durante un periodo prolongado, una conversación puede ser la solución. Sin embargo, a los adolescentes no les suele gustar hablar de cómo se sienten y por qué se sienten así. Sin embargo, ya es una primera señal de alarma si usted, como padre, no tiene ni idea y no puede imaginar cuáles pueden ser las razones del comportamiento y el cambio del niño.
También puede ser alarmante si el comportamiento del adolescente se repite una y otra vez y el proceso es siempre el mismo, creando una especie de ciclo del que ya no pueden escapar.
Como padres, también hay que "leer entre líneas" un poco para averiguar qué puede estar intentando señalar el hijo con su comportamiento. ¿Está poniendo la música tan alta porque quiere que le oigan? ¿O está constantemente escuchando música con auriculares y no quiere que le oigan? Hay que comprender e interpretar para averiguar cuáles son los posibles motivos.
En resumen, sólo debe empezar a preocuparse si no tiene ideas o sospechas de por qué el niño se comporta de forma extraña y si este comportamiento dura más de dos semanas aproximadamente o se repite. Una cosa está clara: si está muy preocupado, póngase en contacto con su pediatra. Él le hará una primera valoración y, si es necesario, le remitirá a expertos como Frank Köhnlein.
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