Dolor abdominal: un fenómeno
Un tema perenne en la pediatría actual: los dolores abdominales. Se trata en gran medida de un fenómeno, ya que a menudo no está claro por qué los padecen los niños.
En primer lugar, hay que distinguir entre el dolor abdominal agudo, súbito e intenso y el dolor abdominal funcional:
Agudo
El niño tiene dolor abdominal de repente, llora, se retuerce, puede que no quiera andar ni saltar, y a menudo también tiene fiebre y vómitos. La regla aquí es muy clara: cualquier niño que tenga dolor abdominal durante una buena hora o dos horas debe ser visto rápidamente por un pediatra; como mínimo, se debe consultar al pediatra.
Funcional
Sin embargo, lo que es mucho más frecuente son los episodios recurrentes de dolor abdominal a lo largo del día. Antes se denominaban dolores de crecimiento, hoy se llaman dolores abdominales funcionales. Lo que se quiere decir es lo mismo: no hay una causa tangible ni una razón orgánica para el dolor. En el 75-80% de los niños en edad infantil y primaria, no hay motivos para estos episodios de dolor abdominal.
Pero, ¿qué hacer?
Nunca está de más fijarse en los alimentos. Las dos intolerancias más frecuentes en los niños son la lactosa y la fructosa.
Por lo demás, es muy importante conocer las señales de alarma que pueden no darse si se trata "sólo" de dolor abdominal funcional.
Un niño debe ...
... no perder peso extra, ... no estar más somnoliento y cansado de lo habitual, ... no tener episodios repetidos de fiebre, ... ... no tener vómitos ni diarrea frecuentes.
Y otro punto muy importante: el dolor abdominal funcional no suele aparecer por la noche. Los niños duermen plácidamente.
Si no se producen los signos de alarma mencionados, no tiene por qué ponerse nervioso inmediatamente y puede observar primero el dolor abdominal de su hijo. No es necesario que el niño sea visto por un médico (inmediatamente). No obstante, siempre es conveniente consultar al pediatra en caso de duda.
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