Dermatitis atópica en bebés y niños - Parte 2
Piel seca, con picor y a veces inflamada: puede ser neurodermatitis, pero no tiene por qué serlo. Porque por muy importante que sea este cuadro clínico, también puede ser complicado de reconocer y tratar. En la segunda parte sobre este tema, veremos los aspectos del tratamiento, los cuidados y el pronóstico.
En la primera parte, aprendimos por qué es tan importante cuidar regularmente la piel con dermatitis atópica desde el exterior. Hay ciertas pautas que se deben seguir. Por ejemplo, cuanto más calor haga en el exterior, antes hay que aplicar algo más fino, es decir, una loción o una crema más fina. Cuanto más frío haga, más probable es que sea algo graso, es decir, una crema o pomada grasa.
Como puedes ver, el tratamiento de la dermatitis atópica es bastante complejo y no se puede responder en pocas palabras en una página A4. No es uno de esos cuadros clínicos en los que te digo: lee esta página y luego no hace falta que vengas a la consulta.
En el caso de problemas cutáneos en bebés y niños pequeños: no lo dudes, pero asegúrate de acudir a tu pediatra. Personalmente, siempre se lo digo a los padres al principio, si aún no han aprendido bien el régimen de cuidados: Es mejor acudir una vez antes que una vez demasiado tarde, cuando la piel vuelve a estar mucho peor, enrojecida y con picores.
Afortunadamente, el pronóstico no es tan malo. Si no hay alergias acompañantes, el problema desaparece por completo en un tercio de los casos, y en un tercio mejora significativamente cuando el niño es pequeño. Sólo en los niños que tienen cursos graves y/o alergias adicionales puede prolongarse hasta la adolescencia o la edad adulta.
Lo que también es bueno saber, sobre todo en los casos graves: En las consultas de dermatología o pediatría se ofrecen cursos de formación sobre la denominada neurodermatitis. Es algo estupendo para los padres cuyos hijos están muy afectados, que la padecen y cuya afección no mejora. Se trata de sesiones de formación, por así decirlo, en las que se forma a los padres: en el cuidado de la piel, en el tratamiento del picor y también en la cuestión de qué más se puede hacer en la vida diaria para que el niño se sienta mejor.
Mensaje principal: si su hijo tiene la piel muy seca y empieza a sufrirla -por ejemplo, picores, rascado o inquietud-, acuda a la consulta de su pediatra para que podamos estudiar juntos qué se puede hacer en términos de diagnóstico y tratamiento.
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